Sobre Nosotros

JESUCRISTO SIN FRONTERAS

Somos una pareja apasionada por la presencia de Dios y creemos que Él es accesible para todo aquel que le busca.

Nuestro llamado está enfocado en la formación de aquellos que busca el Padre: “adoradores en espíritu y en verdad”. Para todo el que desee tener una relación más profunda con el Espíritu Santo, quien es la persona que se manifiesta en nuestras vidas, quien nos enseña, nos capacita, nos mantiene expectantes en todo momento y nos sorprende de maneras inimaginables.

Nuestras puertas están abiertas también para aquellos que no le conocen de esta manera, y están dispuestos a escuchar y a recibir la Palabra que enseñamos de manera sencilla, y experimentar la cercanía de Dios como una realidad de vida.

Te esperamos en nuestras reuniones. Que puedas recibir el toque del Maestro – Jesús de Nazaret –, y el mover del Espíritu Santo. 

Pastores Damián Pacheco y Cristina Iwanow.

JSF Peques

Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.  Proverbios 22.6

Los niños son el presente y en cada reunión nos enfocamos en que puedan recibir alimento espiritual y orar también por sus necesidades para que no sea un “entretenimiento” si no que vean y vivan a ¡un Dios vivo!

Nuestra Visión

La visión que tenemos es formar adoradores en espíritu y en verdad (aquellos que busca el Padre). Entendemos que es una misión que nos ha sido asignada para que la sociedad sea transformada y que esa transformación permanezca de generación en generación.

La adoración en espíritu y en verdad es una actitud de un creyente 24/7, dentro y fuera de la iglesia, agradando al Padre con los frutos del Espíritu Santo (por sus frutos los conoceréis = amor, paz, gozo, dominio propio, fe, ….). Es una formación en primer lugar como individuo, permaneciendo en intimidad con el Espíritu Santo a diario donde Él nos va limando y formando, luego viene la formación dentro de la iglesia – a formar parte del cuerpo de Cristo en la iglesia local donde aprendemos a trabajar en equipo y a conocer que todos somos necesarios dentro de nuestras diferencias culturales, sociales y aún espirituales, poniendo a disposición nuestros dones y talentos, que, aunque podamos tener los mismos, todos los expresamos de manera diferente. Es donde Dios desarrolla nuestra identidad en Cristo, restaurándonos a nosotros y nuestro entorno (siempre de dentro hacia fuera).

En tercer lugar, un enfoque fuera de la iglesia, donde todos somos llamados a ser luz y provocar un avivamiento como lo hizo Daniel en Babilonia. Daniel era un joven que decidió agradar a Dios por encima de todo, con una identidad inamovible y que tenía clara su misión y tiempos que estaba viviendo, proclamando en todo tiempo su creencia con hechos.

Como iglesia, cada creyente debe ocupar el lugar que Dios le ha dado y desempeñar la función que le ha sido asignada.

Todo ello nos define como “Jesucristo sin Fronteras”